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Paula Fajardo: de las costuras familiares en Mendoza a los sets de Star Wars

Creadora de mundos y ganadora de un Emmy, el recorrido de la diseñadora une raíces, viajes y la certeza de que el vestuario es vocación y creación.

¿Cómo se une el recuerdo de una abuela tejiendo en tardes de calor mendocino con un Emmy en Hollywood? La respuesta está en la vida de Paula Fajardo, diseñadora de vestuario que integra el equipo ganador del Creative Arts Emmy en la categoría Outstanding Fantasy/Sci-Fi Costumes por la serie Andor, perteneciente al universo de Star Wars. Pero, como ella aclara, este premio no es un punto de llegada glorioso, sino la consecuencia de un recorrido hecho de mudanzas, comienzos desde cero, constancia y un amor profundo por la narrativa visual.

«Para mí el trabajo en sí fue el mayor premio. Haber estado en Star Wars, haber aprendido todo lo que aprendí, cuidar el vestuario de todas esas actrices y personajes… el Emmy fue la cereza del postre».

Las primeras puntadas: de Mendoza al mundo

Paula nació en Buenos Aires, pero su infancia y adolescencia transcurrieron en Mendoza, donde vivió hasta los 18 años. Fue allí donde aprendió, en la calma de las tardes familiares, a coser, bordar y tejer con su madre y su abuela. «A mí me gusta mucho hacer cosas con las manos, entonces eso aprendí de ellas. No tengo en claro cuándo empezó, pero se me metió en la cabeza que quería hacer diseño de moda».

El trabajo de su padre la llevó a São Paulo, Brasil, donde comenzó su carrera de Diseño de Moda en SENAC. Más tarde, gracias a una beca, cursó en París y luego realizó un posgrado en Barcelona. En ese recorrido, Paula descubrió que lo suyo no era la moda comercial. «Nunca fui de vestirme a la moda, sino que me interesaba la historia, la creación. En la universidad me di cuenta de que no quería una marca propia y me empezó a gustar el diseño de vestuario, que nunca se me había ocurrido que existía dentro de la moda».

El vestuario le abrió un horizonte donde podía combinar pasiones como historia del arte, teatro, literatura y la narrativa visual. Descubrió que en el vestuario, más que vestir a alguien para una pantalla, era darles una personalidad dentro de todo el relato. 

De pequeñas a grandes producciones: el camino al Emmy

Un tiempo más tarde, se mudó a Irlanda junto a su pareja, donde decidió apostar de lleno al vestuario en cine y televisión. Allí comenzó con cortos y películas de estudiantes, hasta que poco a poco fue entrando en producciones más grandes como Ripper Street, Rebellion, Vikings, Mujercitas de la BBC o el live action de Blancanieves. La experiencia la fue llevando a roles cada vez más cercanos al diseño: desde asistir a actores en el set o preparar ropa en los trailers, hasta trabajar como asistente de diseño junto a grandes nombres del diseño de vestuario.

El gran salto llegó cuando fue convocada para Andor. Allí su trabajo fue ser asistente del diseñador, con la responsabilidad de cuidar el vestuario femenino principal: todas las actrices que dieron vida a ese universo pasaron por su mirada y sus manos. «Nunca me imaginé estar en un set como Star Wars. Es monumental el tamaño de eso.»

El reconocimiento llegó años después, cuando el proyecto obtuvo el Creative Arts Emmy por el vestuario del 3er capítulo de la segunda temporada, titulado “La Cosecha”. Pero la diseñadora lo vive con gratitud serena: el premio fue un reflejo de algo mayor, del proceso de creación compartido y de la experiencia invaluable de estar en un proyecto de esa magnitud.

Aunque su nombre empezó a aparecer ligado a este gran reconocimiento, Paula no pierde de vista la dimensión humana de lo que hace. «Lo que más me motiva es trabajar en equipo, con gente súper talentosa: sastres, costureros, artistas… Eso te da muchísimas ganas de hacer cosas nuevas, de experimentar.»

Su proyecto actual más íntimo

Hoy, con 42 años, Paula vive con más calma. Su proyecto actual es la maternidad, enfocándose en el cuidado de su segundo hijo recién nacido. Tras la experiencia de trabajar cuando su primer hijo tenía poco más de un año, decidió darle más espacio a esta etapa. «Fue muy duro con un niño tan pequeño. Trabajaba de 7 de la mañana a 7 de la noche. Ahora me lo estoy tomando con más calma porque quiero darle su tiempo. Quiero volver a trabajar, obviamente, porque me gusta mucho, pero no estoy desesperada».

La maternidad convive hoy con el deseo intacto de seguir creando, de volver a trabajar en equipo y nutrirse del talento colectivo que, según la diseñadora mendocina, es lo que más energía le da. En su tiempo libre, alimenta la creatividad con pintura, dibujo, museos o cine. Su curiosidad permanece abierta, siempre buscando referencias e inspiración. 

La trayectoria de Paula Fajardo demuestra que nada estuvo marcado por golpes de suerte: fueron mudanzas, crisis y decisiones conscientes las que moldearon su camino. En cada país tuvo que empezar de cero, armar nuevas redes y adaptarse a un contexto distinto, hasta consolidarse en producciones internacionales del más alto nivel. «El miedo siempre está, parece que vas a empezar desde abajo otra vez, pero cuando lo vas resolviendo de a poco ves que es posible». Y en su voz se percibe que no habla solo de su trabajo, sino de la vida misma: de atreverse a cambiar, a moverse, a volver a empezar.

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