Mendoza late al ritmo de sus artistas. Con estilos diversos, pero con la misma pulsión creativa, cada uno aporta una mirada y un estilo único que enriquece la escena local. Desde lo más íntimo y experimental hasta lo que trasciende los formatos tradicionales, el arte mendocino encuentra nuevas formas de expresarse y de conectar con el público.
Con esta idea nace “Artistas que marcan el pulso”, un ciclo que busca dar voz a quienes, desde distintas disciplinas artísticas, están dejando huella en el presente. En esta primera entrega nos encontramos con Candelaria Bocklet, ReSinfiltro, Facundo Díaz y María Almodóvar, cuatro creadores que muestran la amplitud y vitalidad del arte mendocino actual.
Candelaria Bocklet, arte que emerge y navega entre lo tradicional y lo digital

La estudiante de la carrera de Licenciatura en Artes Visuales pinta y dibuja desde que tiene memoria; va descubriendo materiales y técnicas para así enriquecer y expandir sus habilidades y su visión de la imagen como una herramienta de comunicación de sus propios estados de ánimo.
Con 26 años, la artista visual emergente está exponiendo su primera muestra en solitario llamada “De jardines y paraísos” en el Espacio de Arte Luis Quesada, en la que explora la vulnerabilidad, el dolor y la dualidad humana. A través de un enfoque surrealista, propone una reflexión sobre la fragilidad y resiliencia de la vida. En sus obras, uno encuentra una combinación de pinturas con técnicas tradicionales -«me encanta ensuciarme con acrílicos”- y digitales. “Hay una experimentación con la ilustración digital y al verlas en formato físico, en un lienzo exhibido, noté que contaban un relato”.
Cande Bocklet utiliza colores vibrantes, querubines y objetos simbólicos. “Suelo obsesionarme con combinaciones de colores y la inspiración casi siempre llega en espacios a cielo abierto, de cosas que me van pasando y que voy sintiendo…, como no soy buena con las palabras, pintar termina siendo terapéutico”.
Las figuras humanas son clave en su arte, las elige por sobre todo. “Me gusta mucho trabajarlas y en cada una hay algo mío pero lo hago inconscientemente, lo noto cuando contemplo la pintura ya terminada”, comparte la pintora que en un futuro no muy lejano comenzará una nueva serie de pinturas tradicionales y formatos más grandes, “quizás de unos dos metros para salir un poco del 60×80”, confirma.
La exposición Candelaria permanecerá en el Foyer Nave UNCUYO, Espacio de Arte Luis Quesada, hasta el domingo 21 de septiembre; con visitas de miércoles a domingo, de 18 a 21 hs. La entrada es libre y gratuita.
ReSinfiltro, el artista urbano que le imprime color a todo lo que toca

El muralista, ilustrador y grafitero trasciende el lienzo; sus dibujos están vivos en paredes, zanjones, en prendas de vestir, accesorios, stickers, láminas, etc. Muchos lo reconocen por ser quien llenó la city mendocina con personajes animados de los ‘90, pero su arte va mucho más allá. “Fue una época zarpada, crecí mucho pero no me gusta encasillarme en un formato, hay un crecimiento personal y cambio según lo que me vaya identificando. Exploro distintas disciplinas porque si no, me aburro”, cuenta el integrante del grupo Asfáltico.
Hace trabajos seriados y temáticos, recuerda su época de peces gigantes, de chanchos, de perros chihuahua y ahora, intercala sus dibujos entre bananas y gatos. “Me encantan las bananas y lancé una cápsula de remeras y buzos serigrafiados con mi ilustración”, dice quien ya está pensando en la próxima fruta para estampar en prendas: “Quizás vengan mandarinas”.
Además, ReSinfiltro está realizando ilustraciones con escenas cotidianas de su propia casa con sus gatos, de hecho la protagonista es Fiona, “la más compañera de los tres que tengo”. “Le encontré belleza a esas situaciones con las que convivo, al detenerme a mirarlas, las vi hermosas para ilustrar”, comparte quien primero toma una foto, luego hace el dibujo en una tablet y después imprime las láminas para entregarlas con su firma.
“Estoy a full con lo digital, le encontré la vuelta y me encanta la cantidad de posibilidades que pueden surgir mientras desde un trazo de fibra, un pincel o aerosol hasta los colores, me pongo a jugar con paletas y voy probando, si no me gusta, borro. Es muy entretenido”, dice el amante del color.
ReSinfiltro se va descubriendo como artista y a su amor por pintar paredes con aerosol lo intercala con la tranquilidad de su hogar, “ahora encuentro muy atractivo quedarme en casa dibujando hasta la noche, escuchando música”.
Facundo Díaz, artista nómade que expresa los espacios que habita

En la obra del también gestor cultural conviven el dibujo, la pintura y la poesía, con una fuerte presencia de montañas, volcanes y fuego, de la luna y de la noche, como ejes recurrentes. Sus trabajos se mueven entre el paisaje real y el imaginado. “Mi obra tiene que ver con las sensaciones y emociones que me transmite la naturaleza, la geografía donde estoy, los espacios que habito como lugares de contemplación y reflexión”, precisa.
El movimiento y la estacionalidad atraviesan su práctica: sus recorridos en bicicleta lo inspiran a explorar. Desde allí construye su arte conceptual, su lenguaje propio donde el paisaje de diferentes colores se entrelaza en constante búsqueda. “Al ser un artista nómade manejo pequeños formatos, aquellos que puedan entrar en una mochila o ir debajo del brazo como un cuaderno de hojas lisas o a rayas; lo mismo con los materiales que me permiten dibujar como pinturas y un lápiz o lapicera”, comparte el gestor del proyecto La Imagen Accesible.
Actualmente, Facundo Díaz expone en Rosadio su muestra titulada “Arte no me ilusiones más!”, en Crudo Galería (hasta el 04 de octubre); “siento que cada vez que hago una muestra es una especie de remake de alguna anterior porque los elementos se mantienen, solo cambian los formatos. Mi arte sigue siendo el mismo a pesar de los cambios”.
Para esta exposición escogió dibujos, pinturas y algunos objetos pertenecientes a la serie “Las partes que me faltan”, una búsqueda actual en la que, a través de la recolección de objetos de la naturaleza que le interesan, hace un ensamble con objetos industriales, como es la rama de un árbol que unió a un borcego para imitar a una pierna.
La incursión actual de Facundo es el video-poema, un formato donde combina movimiento, imagen y poesía, incluídos sus viajes en bicicleta, “va a haber una mezcla en algún video publicado en redes próximamente; y es que mi obra se complementa con lo material y lo digital, no está pensada para que se vea solamente en una muestra”.
María Almodóvar, exploradora de la sensorialidad, el erotismo y el placer a través de la arcilla

Su relación con el arte comenzó con la danza, el dibujo y la escritura; se complementó con el estudio de arquitectura, siguió con un taller de cerámica y ahora lo expresa a través de las esculturas en este material moldeable. “Al mirar en retrospectiva siempre he tenido la parte artística latente en mi interior, ahora dejo que se filtre a través de la cerámica, un recurso de la tierra bruto y que a la vez, toma formas sutiles, voluptuosas y livianas, me encanta esa fantasía”, confía.
Primero hizo una serie de pingüinos, luego una de corazones -”el amor es un eje central en mi vida”- y otra de calaveras llamada Memento Mori -1000 unidades diferentes que invitan a conectar con nuestra propia muerte-. Le interesa el vínculo de las esculturas con el espacio, y ahí es donde deja colar su formación profesional: “Hay una integración con la arquitectura, todo me nutre. En este momento mi búsqueda artística pasa por poder transmitir un concepto, por hacer arte que invite a la reflexión y, por ende, que transforme”.
Actualmente está plasmando y expresando su modo personal de percibir el mundo, el amor, la muerte, la sexualidad, los “temas viscerales que no encajan en lo normativo”. María Almodóvar está armando una muestra en la que expondrá sus esculturas shibari -el arte de atar con cuerdas-: “Se me ocurrió hacer ‘un gordo sumo practicando shibari’; las figuras humanas tienen los tonos terracota de la misma pasta de cerámica sin colorear, ese rojizo me da a piel”.
Sus objetos son de diseño, son un arte decorativo y como ella misma dice, lo que busca con sus piezas es que sean un ancla, que cuando la mirada recaiga en ellas, hagan recordar algo; “eso siento yo misma con mis creaciones y sé que cada una lleva un pedacito de la energía que tuve al momento de hacerla. Por eso la gente que compra arte, compra al artista, hay una conexión”.
Este primer recorrido por “Artistas que marcan el pulso” deja en claro la diversidad de caminos que conviven en la escena mendocina. Cada creador aporta su mirada y, en conjunto, trazan un mapa vivo del arte actual local.
La invitación queda abierta a seguir sumando y conociendo a artistas que con su obra, sus búsquedas y su pulsión creativa marcando el ritmo cultural de Mendoza.













