Los hermanos Joaquín y Julián Azulay —uno administrador de empresas y exfutbolista, el otro arquitecto— hace más de diez años que dejaron sus carreras convencionales para lanzarse a un proyecto muy personal: usar el surf como vehículo para explorar, registrar y sobre todo concientizar. Desde la Patagonia hasta África, construyeron un cine de viajes donde la tabla es la excusa para hablar del mar y de lo mucho que le debemos.
En Antártida – Dominio Uno los seguimos en su expedición de marzo de 2023 a las islas Shetland del Sur y la península antártica. A bordo del velero Ypake II, capitaneado por Ezequiel Sundblad y acompañado de un pequeño equipo, atravesaron el temido Pasaje de Drake, uno de los mares más bravos del planeta. El documental no esconde nada: Joaquín pasó cuatro días mareado sin levantarse de la cucheta, el velero fue sacudido por tormentas con vientos de 80 nudos, e incluso encalló contra una roca. Hubo mordidas de lobos marinos, intentos frustrados de escalar con las tablas al hombro, y la decepción de no encontrar las olas que soñaban. Pero también, la recompensa inolvidable: surfear bajo la nieve, entre pingüinos, en un paisaje que parece de otro mundo.
Del cine al activismo: un mensaje por la Antártida
Narrado por la voz profunda de Ricardo Darín, el film alterna la aventura con un mensaje claro: la Antártida está en peligro. El cambio climático y el calentamiento global están acelerando el deshielo, reduciendo el espacio para las algas de las que se alimenta el krill, el pequeño crustáceo que sostiene toda la cadena alimentaria antártica. A eso se suma la presión de las flotas pesqueras que avanzan sobre el krill con métodos extractivos, y la evidencia creciente de contaminación plástica en un lugar que supuestamente debería estar intacto.
La película acompaña y refuerza la propuesta presentada por Argentina y Chile en 2018: declarar como Área Marina Protegida (AMP) al llamado Dominio 1, una zona de 670.000 km² (el tamaño de cuatro provincias argentinas juntas). El objetivo es simple y a la vez titánico: limitar la pesca y las actividades humanas para darle a los ecosistemas la chance de regenerarse.
Una función especial con los protagonistas en Mendoza
Con música original de Nacho Seratti y la colaboración especial del Chango Spasiuk, 94 minutos de duración y más de 50 premios en festivales internacionales, la película confirma que los Gauchos del Mar ya no son solo surfistas con cámara, sino cineastas comprometidos con dejar testimonio.
Lo que hace única a la función de Mendoza es que estarán presentes los propios Joaquín y Julián Azulay para presentar la película y conversar con el público después de la proyección. Una oportunidad para escuchar cómo se construyó esta aventura y qué significa pelear, desde el cine, contra “la mirada más capitalista y explotadora de recursos” sobre un continente que debería ser patrimonio de toda la humanidad.
La cita es el viernes 5 de septiembre a las 21h en la Nave UNCuyo, con un valor de $19.500, con descuentos y beneficios especiales para la comunidad UNCUYO.
