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Picnic chic

Una apuesta al relax y el aire libre, sin pensar en “¿qué llevamos?”. Manta sobre el césped y canasta con delicias regionales acompañadas por excelentes vinos. 5 opciones para vivir un día diferente.

La octava capital del vino, Mendoza, es única por su paisaje. Convertida en uno de los nuevos atractivos para miles de turistas, hoy sus propios lugareños la perciben como un destino más que especial. Su oferta gastronómica crece cada día, así como las opciones para apreciarla a través de los sentidos, que van mucho más allá del sabor y del aroma.

Hoy dejamos atrás caminatas, paseos, deportes y aventura. Nos sumergimos en el mundo del relax, la experiencia y la compañía. Buscamos otra alma cómplice y sedienta de placeres y nos encaminamos hacia las bodegas que prometen hacernos vivir un momento inolvidable. Jardines, viñedos, pérgolas y parrales, todos al pie de los majestuosos Andes invitan a recorrerlos, a degustarlos, a dejarnos atrapar por ellos.

 

Picnic en bodegas, mendoza
Experiencias distinguidas enmarcadas en el encantador paisaje de los viñedos.

 

Cada establecimiento describe un escenario único, con vinos, espumantes, comodidades y bocados que dejarán absorto a nuestro paladar. Y lo mejor de todo, con ese aire fresco, espontáneo, relajado y familiar que nos ofrece un picnic; ese refrigerio informal asociado al campo y a nuestra niñez, que hoy se ha convertido en una experiencia chic entre los cultivos de las regiones vitivinícolas en todo el mundo.

No hace falta que sea sábado o domingo para salir a pasear. Tener ganas e inspiración alcanza para sumergirnos por unas horas en la quietud de la naturaleza, en el sonido de nuestras propias palabras, en el letargo de nuestros pensamientos.

Bajo la sombra de algún árbol, con una manta sobre el césped, el vino y la gastronomía local dejarán huellas en tu aventura: canasta en mano, delicados sabores, texturas crujientes y regionales de lujo con petit postres y ricas frutas de estación. Cada viajero, cada visitante se irá del lugar seguro de haber compartido un momento exquisito. Ávido de regresar.

Aquí algunas sugerencias:

Picnic en Cordón del Plata, Mendoza
El Cordón del Plata, entre los paisajes que se contemplan desde el jardín.

 

Bodega Norton: invita a disfrutar de un picnic y deleitarse con productos regionales con una vista incomparable en sus jardines. El programa incluye “Creciendo junto al vino + Picnic en los jardines”. Además de la copa de bienvenida, hay dos opciones de tablas regionales: la primera contiene jamón cocido con cuero; salame milán; mortadela; queso masdam; queso gruyere; muzzarella en cubos aliñada; aceitunas verdes y negras; pan artesanal y pastitas saborizadas. La tabla regional 2 suma a la propuesta anterior porotitos aliñados; berenjenas escabechadas; salchichitas parrilleras al vino y tomate o lengua a la vinagreta, además de las exquisitas empanadas mendocinas. Si además tenés la suerte de conversar con la chef Patricia Roggerone y llegás a sentir como ella esa pasión que pone en cada creación, no te vas más.

 

Picnic en bodegas, Mendoza
Vinos, quesos, jamón crudo, panes especiales y refinadas salsas integran la picada.

 

Bodega Dominio del Plata: en su restaurante Osadía de Crear, la opción “deli” o “take away” son de las más novedosas en bodega. En la finca de Agrelo, los visitantes podrán disfrutar de sencillas pero no menos exquisitas opciones de finger food. El picnic abarca ensaladas, tablas, sándwiches y todo el amor que pone en su cocina el chef José Cacciavillani, tanto en las galerías como en los jardines de la bodega. Además de sus vinos, ofrece una selección de tragos frozen a base de frutas frescas de estación realizados con los caldos de la bodega.

 

Mediodia y tardes de picnic en bodegas
Mediodías y atardeceres bajo la sombra de los árboles hacen del picnic en bodegas una experiencia mágica.

 

Bodega Familia Zuccardi: fue precursora en utilizar los jardines para picar cosas ricas y hoy muchas de las grandes siguen su ejemplo. Como alternativa al almuerzo que ofrece en La Casa del Visitante o en Pan y Oliva, sus dos restaurantes, a la sombra de los álamos y olivos invita a degustar sus vinos y espumantes acompañados por 4 opciones de canastas con delicatesens regionales que te brindan entre otras delicias aceitunas; verduras grilladas; ensalada de cherries, mozzarella boconccini y aceite de albahaca; vitel toné; croquetas caseras de pollo y jamón; surtido de quesos y macerados; variedad de embutidos; tapenade; tomates secos con hierbas; sándwich de atún, apio, cebolla de verdeo, nueces y mayonesa; sándwich de carne a las brasas; distintas preparaciones de frutas; surtidos de panes y grisenes, además de petit fours. Con gastronomía de elaboración poco compleja que contempla frescos y de estación, en los que el aceite de oliva se destaca como ingrediente principal, esta experiencia de relax también promueve el aprendizaje.

 Bodega Renacer: entre sus programas ofrece “Picnic en la pérgola y recorrido por la bodega”. Aquí podés disfrutar de un picnic con una tentadora tabla de variedad de quesos y fiambres, la degustación de Punto Final Sauvignon Blanc, Punto Final Clásico y Punto Final Malbec Reserva. Además, te da la opción de elaborar tu propio blend a partir de Malbec de tres regiones de Mendoza.

 

canasta para picni en bodegas
La canasta, ícono típico de la propuesta, con productos frescos de temporada.

 

Bodega Alta Vista: esta propuesta gastronómica consta de una única canasta que se elabora exclusivamente con productos frescos de temporada. Contiene nueve pequeños platos ligados a la gastronomía mendocina y argentina, con opciones para vegetarianos y celíacos. Incluye entrada, ensalada y frescos sándwiches como plato principal, además del postre. Café, chocolate y los vinos de la bodega Alta Vista Premium o Alta Vista Rosé completan la oferta. Mariano Gallego y su esposa Florencia, quienes trabajaron en el restaurant Sant Pau de Carmen Ruscalleda en Barcelona (tres estrellas Michelin), antes de administrar el restaurant Sant Pau en Tokio (dos estrellas Michelin), y actualmente responsables de su propio restaurant Brindillas, en Vistalba, son los “culpables” de este menú que se podrá disfrutar en el parque de la bodega, rodeados de montaña y en pleno contacto con la naturaleza, donde no faltará que se asomen simpáticos cuis (conejillos de Indias) entre los viñedos.

 

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