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La elegancia de lo sencillo

Lucio Boschi refleja su paso por Los Himalaya, Los Andes y el Artico, sus años vividos en Tilcara y el Yukón. Explora a través de su cámara culturas, tierras, religiones y paisajes. Su obsesión por las antiguas etnias de la tierra convergen en imágenes blanco y negro de una potencia fabulosa. Radicado en Mendoza, hace trabajos para la Unesco y Naciones Unidas.

Para Lucio Boschi la fotografía en blanco y negro sigue siendo el medio que le permite expresar potentes sensaciones visuales. Con seis libros publicados: Señores de la Tierra, Gente de los Andes, Danza Callada, Quebrada de Humahuaca, Una Argentina, Un mismo rezo y Ranchos de la Argentina, este último junto a la periodista Isabel Estrada, Boschi muestra la creatividad espontánea, la elegancia y la armonía natural de esas geografías y su gente.

 

Luis Boschi
Una fotografía emblemática de Boschi, donde las miradas no admiten una sola palabra.

 

Sus fotografías han sido adquiridas por coleccionistas privados Boston, Nueva York, Bélgica, y Buenos Aires, el Art Institute of Chicago, el Museo Arqueológico de Tilcara, la Universidad de Roma La Sapienza y otras galerías.

 

Luis Boschi
Las formas de rezar de las distintas culturas, en la lente de Lucio Boschi.

 

Hace tres años construyó el Museo de los Cerros (de fotografía) en medio de las montañas jujeñas, en la Quebrada de Huichaira, cerca de Tilcara. En ese lugar Boschi vivió quince años y considera que es “su lugar en el mundo”, después de haber transitado largos caminos y haber convido –entre otras tribus de esta tierra- con esquimales del Yukón.

 

Luis Boschi
El MEC (Museo en los Cerros), en la Quebrada de Huichaira, Tilcara, obra motorizada por Boschi que alberga una colección de más de 25 fotógrafos argentinos.

 
¿Por qué elegiste Huichaira para hacer un museo de fotografía?

Desde muy chico voy al Norte, siempre, es como mi lugar favorito, siempre vuelvo, siempre voy, gran parte de mi trabajo surgió ahí. Hice mi casa y viví mucho tiempo en Huichaira  (Tilcara, Jujuy). Una de las cosas que más me gusta de esa zona es que tiene un latido cultural muy fuerte, creo que es porque se mezclan de una manera muy especial lo indígena, lo criollo y lo que es de afuera. Esto me resulta muy atractivo. Es un lugar donde hay museos y bastante movimiento de artistas, artesanos, alfareros, hay muchas cosas sucediendo, por eso siempre tuve la ilusión de hacer un museo de fotografía, que hay muy pocos en la Argentina. Tenía ganas de hacerlo ahí, en el medio de la montaña, como un sueño de realismo mágico.

 

Luis Boschi
Lucio Boschi con “su abuela de la vida”, una mujer que habita las tierras jujeñas.

¿La gente del lugar tiene oportunidades de sacar fotos?

Cuando viví allí la fotografía no estaba como lenguaje entre la gente, entre los pueblos andinos, después, con los celulares, la fotografía se convirtió en algo masivo y cercano a todo el mundo, entonces me pareció que era un buen momento para pensar en un museo de fotografía. Y lo hicimos respetando las construcciones del lugar.

Armamos una colección que fue donada por varios artistas fotógrafos. El museo abrió hace tres años, está en medio de la montaña, en algunas  épocas del años tenés que llegar a caballo y en otras directamente no se puede llegar.

Tiene un ritmo de visitas lento que es lo que esperábamos, un poco para respetar a las familias y el ritmo del lugar. Pero hay un flujo de visitantes, la gente llega en bicicleta, caminando, haciendo trekking, en auto.

La colección cuenta con obras de aproximadamente 25 fotógrafos, entre ellos Adriana Lestido, Marcos López, Res, Marcos Zimmermann, Diego Ortiz Mugica, Martín Weber, Charly Nijensohn, Julieta Escardó, Anatole Saderman.

 

Luis Boschi
El movimiento de la espontaneidad, algo que caracteriza a su libro “Una Argentina”.

¿Cómo fue tu convivencia con los esquimales, en Yukón?

En 1988 decidimos hacer un viaje con unos amigos, en camioneta por América hasta Alaska. Yo era el más chico, tenía 21 años. Empezamos a subir hacia el Norte y ya muy cerca de Alaska, en el Yukón, tuvimos un accidente con la camioneta. Volcamos y nos quedamos unas cinco semanas en el Yukón arreglándola. Durante esos días me emocionó mucho ese lugar, la crudeza, el blanco, ya empezaba el invierno, había poca luz, mucha nieve, poca gente. Era como salvaje y elegante a la vez. Los animales árticos en el contexto de la nieve son una belleza. Me gustó mucho y al año siguiente me fui a pasar un año al Yukón, con su gente, con los esquimales y fue hermosísimo.

 

Luis Boschi
Personajes que transitan lugares y dejan su huella en las sombras.

¿Qué te impactó?

Me impresionó cómo las comunidades indígenas se adecuan al ordenamiento moderno, y cómo algunas se quedan en un bache cultural porque no forman parte ni de sus antiguas tradiciones y tampoco encajan en el mundo moderno, me interesa entender cómo se reorganizan para sostenerse y reafirmar su cultura en el tiempo. Sabía que en Canadá y Estados Unidos habían trabajado mucho sobre ese tema y quería aprenderlo para después observar qué pasaba acá en Argentina, en Sudamérica.

 

Lucio Boschi
“Desde hace un tiempo se ha empezado a revalorizar lo indígenas, su sabiduría, su conocimiento acumulado, la solidez de culturas con cientos de años…”

¿Y qué has podido observar de ambos lugares: el Norte y el Sur?

Siempre me sucede lo mismo con las comunidades autóctonas. Primero tengo como una sensación de paternalismo, me parece que les está faltando algo, después tengo la sensación de que es a mí al que le está sobrando, entonces paso del paternalismo al idealismo absoluto y luego  puedo apreciar que a ellos les sucede lo mismo que a todos: algunos están bien y otros no tanto, que tienen los mismos problemas que todos y que intentan sostener su tradición frente a un mundo que avanza con mucha fuerza. Desde hace un tiempo se ha empezado a revalorizar lo indígenas, su sabiduría, su conocimiento acumulado, la solidez de culturas con cientos de años.

 

Lucio Boschi
Lucio Boschi encuentra una enorme similitud entre las distintas culturas que viven en la montaña.

¿Viven mejor en cuanto a la condición humana?

Creo que vivir bien es una tarea personal en todos los lugares y creo que hay pueblos originarios que viven muy bien, de una forma muy austera, precaria, en un refugio que para las Naciones Unidas puede ser un horror porque está debajo de todas las escalas y sin embargo ahí adentro con el fuego, la familia se despierta a la mañana y ve la línea de la montaña, 400 cabras y una tropa de cien llamas, le dan la leche al hijo y viven muy bien y por ahí un señor con su casa espléndida la pasa mal por cualquier razón. El vivir bien es una tarea personal en cualquier lugar. Por supuesto que hay chicos como los de África que ya nacen con una realidad complicadísima, sin embargo vos vez entre esos niños algunos riéndose a carcajadas y también vez chicos en colegios de lo más modernos que no están bien simplemente porque la madre no les da un abrazo.

 

Lucio Boschi
La elegancia de lo sencillo se puede apreciar en su libro Ranchos de la Argentina.

Has fotografiado a los pueblos andinos y los del Himalaya, ¿has encontrado algún vínculo entre ellos?

Para mí hay una enorme similitud en el hombre y su cosmovisión en relación a la montaña. Físicamente me resultan parecidos, Los Andes y Los Himalaya son los cordones montañosos más importantes del mundo, el primero por ser el más largo y el segundo por ser el más alto. Los dos son muy parecidos en cuanto a su solidez en la tierra. Algo que me ha resultado muy llamativo siempre es el parecido físico, la estatura, las proporciones del cuerpo. La adaptación del hombre a la montaña, la forma de trabajar la tierra, la necesidad de vencer la gravedad y la distancia, la necesidad de conducir el agua y terracear la montaña, el respeto y lo sagrado que ven en los cerros. Cómo se honran los pasos montañosos, la felicidad que les da encontrar uno, las piras de piedra, acá les ponen hojas de coca y turquesas, allá también les ponen turquesas y banderas de oración. La forma de llevar a los chicos, la forma de dormir, la necesidad de protegerse del frío… hay mucha similitud y durante años estuve interesado en mostrar eso con el lenguaje de la fotografía.

¿En tu libro Un mismo Rezo se puede apreciar esto?

Es un libro de fotografía sobre los rezos con una presencia muy fuerte sobre las culturas tibetana, hindú, del Islam, del judaísmo, del cristianismo, de las religiones de la tierra.  Refleja las formas que hemos aprendido o creado espontáneamente para comunicarnos con un dios o como cada uno le llame.

 

Lucio Boschi
La forma en que nos comunicamos con un dios, de acuerdo a cada cultura, por Lucio Boschi.

¿Lo visual es más potente que la palabra?

A mí me parece que lo visual es tremendamente fuerte, es lo más fuerte de todo, pero es lo que me pasa a mí. Cada tanto leo algo de alguien muy talentoso y me parece que excede a la imaginación y a lo que veo, yo veo y trato de transmitir eso con imágenes pero hay gente que lo sabe transmitir con palabras y que lo hace fantásticamente bien, pero a veces hay descripciones de personas o sensaciones escritas con las palabras que son vastísimas y lo único que uno puede hacer es cerrar los ojos para imaginarse esa maravilla que está leyendo.

Hay muchos retratos en tus obras, ¿se incomoda la gente cuando vas a fotografiarlos? 

Trato de pedir permiso, si la respuesta es no, es no y no hay vuelta que darle. Siempre hay una consigna y es que las fotos muestren a la gente de una manera respetuosa, que la persona que estoy fotografiando se sienta orgullosa. Pretendo mostrar la elegancia que hay en lo sencillo, el valor de lo natural. Lo espléndido que es lo originario, lo sencillo, así como es. Es muy importante que la gente esté cómoda, no le robo nunca una foto a nadie.

 

Lucio Boschi
La montaña mendocina fotografiada por Lucio Boschi.

 
Lo que ves, ¿lo ves siempre en blanco y negro?

Trato de hacer todo el trabajo en blanco y negro porque me parece que el monocromo va al punto, es como sencillo y deja cosas en el imaginario que a mí me interesa que queden ahí. Pero vivir de la fotografía en la Argentina no es algo fácil, en ningún lugar es fácil entonces cuando hay algún trabajo lo hago a color, mi trabajo personal sí es en blanco y negro.

¿Intervnís tus fotos?

En las copias sí las toco, cuando uno está trabajando en la copia vale todo, es parte del arte de la fotografía. En el laboratorio hago de goma la foto, en la computadora trato de no tocarle nada, tengo amigos que tocan las fotos con algo de pintura. Hay una parte de mi trabajo personal donde mezclo las fotos con un lenguaje distinto.

 

Lucio Boschi
“El blanco y negro va al punto y deja cosas en el imaginario que a mí me interesa que queden ahí”.

¿Se trata de la serie de los Mapas, tus últimas obras expuestas?

Los Mapas son como una continuación de los diarios de viaje, cuando viajo me entusiasma mucho escribir y dibujar cosas que pienso, pegar fotos, hacer listas de cosas que me emocionan. Esto se trasladó a un tamaño de 2 x 1.20 m que son los Mapas de viajes, básicamente son hojas curadas con té, donde hay fotos, mapas, barro, acuarela, lápiz, crayón, cinta y otras cosas que voy agregando. Parte de la colección de Mapas serán expuestos en noviembre, en la Bodega Lagarde.

¿Qué trabajos has realizado para Naciones Unidas y la Unesco?

Hace unos años me encargaron un libro a color para acompañar la presentación del Gobierno de Jujuy de la Quebrada de Humahuaca para que se declarara ante la Unesco Patrimonio de la Humanidad. Me encargaron un libro para acompañar esa presentación, entonces salí a hacer las fotos que luego integraron el libro Argentina a color.

Naciones Unidas me contrató para fotografiar el trabajo infantil en la Argentina.
Ahora estoy haciendo un trabajo en Italia que consiste en fotografiar lugares con ruinas abandonadas o perdidas.

 

Lucio Boschi
Parte de uno de sus Mapas que serán expuestos en noviembre en la Bodega Lagarde.

¿Te sentís cómodo en Mendoza?

No siento que Mendoza sea mi lugar de trabajo, claramente ese lugar es el Norte argentino, donde me inspiro mejor, Mendoza para mí representa la familia, es un lugar de preproducción y de post producción de mi trabajo. De todas maneras es un lugar donde la paso muy bien, me gusta tomar mate a la mañana y disfrutar de mis hijos y mi familia. Esa vida cotidiana de Mendoza me entusiasma mucho.

 

 

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