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La pintura infame

“Ejercicio Plástico”, pintura del conocido muralista mexicano Siqueiros se exhibe en Argentina. El mural permaneció en la oscuridad durante cinco décadas. Tras haber sido cubierto con ácido y cal por uno de sus dueños en la quinta donde se encontraba, fue restaurado y emplazado en la Aduana Taylor Museo del Bicentenario.

 

La década infame

Buenos Aires, década del 30. Los ideales populares herederos de la revolución marxista y la restauración neoconservadora y burguesa, profesaban una relación absurda entre el amor y el odio. El arte dio su genuino aporte: “Ejercicio Plástico”, la pintura infame que representó la contradicción en esa relación pasional que se establece entre arte, ideología, política y poder.

Derrocamiento de Irigoyen. Economía emergente en nuestro país. Exportación grandilocuente. Promoción de la industria nacional. Creación del Banco Central de la República Argentina. Migración masiva del campesinado a la ciudad. Inmigración italiana y española post debacle europea tras la Primera Guerra Mundial.

Por aquellos años, los artistas argentinos, formados en un estricto academicismo, estaban ocupados en argentinizar la fragmentación del cubismo, el automatismo onírico del surrealismo, la dinámica del futurista, y la rebelión contra la injusticia social del expresionismo. Artistas como Xul Solar, Spilimbergo, Centurión y Castagnino iban transmutando la bohemia en crítica y compromiso social. En 1933 se formó el Primer Sindicato Argentino de Artistas Plásticos, promovido por las ideas del revolucionario muralista mexicano David Alfaro Siqueiros, quien había llegado al país, invitado por Victoria Ocampo, y tras ser expulsado de México y los EEUU.

 

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El artista David Siqueiros.

 

Siqueiros abanderado en un arte pedagógico y popular, provocó sacar el arte a las calles, dárselo al pueblo, haciendo del él una herramienta al servicio público, para educar a las masas populares. Arte como herramienta de educación. Arte, igual revolución.

Para ello propuso intervenir los muros de los edificios públicos de nuestro país pintando murales sobre ellos. Pero la aristocracia porteña de la década infame no recibió muy bien sus intenciones Y Siqueiros quedó varado en la city porteña sin “pan y sin trabajo”.

Buenos Aires derrochaba glamour, bohemia y riqueza aristocrática….la prensa era liderada por el diario CRITICA , su dueño y mentor, era el astuto periodista uruguayo Natalio Botana – también propietario de los estudios Cinematográficos “ Baires” – donde se gestaron las producciones de la época de oro del cine argentino. Botana, casado con Salvadora Medina Onrubia (escritora, poetisa, militante anarquista y periodista) construyó la lujosa Villa “Los Granados”, en la localidad de Don Torcuato – provincia de Buenos Aires. Esas magnificas 18 hectáreas convocaban excesivas fiestas y tertulias por donde transitaba toda la elite intelectual del país – y del extranjero. Personalidades como Federico García Lorca, Pablo Neruda, y hasta el mismísimo hijo de Il Duce circularon por allí.

Botana, enterado del fracaso y los aprietos económicos por los que pasaba Siqueiros, lo convocó para pintar un caprichoso mural subterráneo en su residencia privada. El mexicano, atrapado entre sus convicciones y el hambre, accedió. La troupe convocada por Siqueiros, y llamada “Equipo Poligráfico”, estaba formada por: Antonio Berni, Lino Enea Spilimbergo, el arquitecto uruguayo Enrique Lázaro y Juan Carlos Castagnino; quienes descendían de la misma cepa ideológica.

 

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Vista del mural.

 

“Ejercicio Plástico”: un mural caprichoso.

El Ejercicio Plástico, como lo llamaron, carecía de ideales revolucionarios; pero proponía, en su defecto, búsquedas y experiencias plásticas, técnicas y compositivas. El techo abovedado, el encierro y la oscuridad de aquel recinto, se llenaron de figuras dinámicas y vibrantes; que ubicadas en la concavidad de la bóveda; y producían visualmente el efecto de volumen que refleja el agua cuando un cuerpo se introduce en ella.

 

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Techo, bóveda.

 

Técnicamente, las proyecciones reemplazaron el boceto dibujado, el pincel fue sustituido por la brocha de aire. Las pinturas utilizadas eran de tipo industrial, con alto porcentaje de silicato, el cual actuaba petrificando el pigmento – recurso que los muralistas y militantes mexicanos utilizaron para realizar sus intervenciones con sténcil en los muros de su ciudad – y que hasta la actualidad sigue siendo utilizado.

 

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Vista del Piso.

 

En 1948, la quinta Los Granados fue rematada y adquirida por Álvaro Alsogaray. Según cuenta la leyenda, la esposa del político, horrorizada por las sugestivas imágenes del mural, hizo colocar ácido sobre las paredes del sótano para luego cubrirlas con cal. Sostenía que estas imágenes podrían ser muy perniciosas para la pequeña María Julia.

 

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Vista del ingreso.

 

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El Ejercicio Plástico representaba de alguna manera el exceso, la contradicción, la lujuria y la pasión; cuerpos desnudos y atiborrados se abalanzan sobre el espectador…la imagen de Blanca Luz Brum -mujer de Siqueiros, controvertida poetisa uruguaya, íntima amiga de Pablo Neruda y amante de Natalio Botana – invade el recinto con su belleza descarnada y sensual.

Un paradógico destino

Ejercicio Plástico fue considerado internacionalmente como un gran aporte del arte latinoamericano. Así como su paradójica gestación, paradójico fue su destino.

El mural permaneció olvidado y oculto, hasta que en la década de los noventa comenzaron los trabajos de recuperación en manos del empresario y político mexicano Héctor Mendizábal; quien había adquirido la propiedad en 1989. Más tarde, el mural fue extraído de la casa, dividido en seis paños. Y tras la quiebra de Mendizábal, envuelto en litigios, Ejercicio Plástico quedó atrapado nuevamente en la oscuridad dentro de cuatro contenedores en la recientemente “exhumada” Aduana Taylor.

 

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Restauración paño del piso.

 

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Restauración paño muro.

 

Tras ser declarado de Interés Histórico Nacional (2003) Ejercicio Plástico sale de sus contenedores, y bajo “Boletín Oficial” fue reinaugurado en el año 2010. A partir del siguiente año cumplió su deseo de popularidad siendo reproducido y expuesto en el Museo del Bicentenario – CABA; donde hoy puede finalmente ser apreciado.

 

 

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