Creatividad es la palabra ideal para describir la carrera de Santiago Noli, un talentoso músico mendocino radicado en Nueva York que lleva adelante su proyecto bajo la identidad de Lizzantino. Dueño de un espíritu inquieto, el joven se propuso conquistar la escena musical estadounidense mediante una producción que fusiona influencias del jazz, la música electrónica, el britpop y el rock alternativo.
«Ser creativo siempre fue una necesidad para mí. Desde que tengo noción hago muchas cosas, a veces es un problema tratar de enfocarme sólo en una», expresa Santiago, quien además de dedicarse a la música, es diseñador de ropa, le encanta cocinar, dibuja, pinta y hasta estudió actuación.
Justamente ese fue uno de los motivos que lo llevó a viajar. Santiago, quien nació en Buenos Aires, viajó a la capital mendocina para estudiar enología. Luego se encaminó en la música, lo que lo llevó a mudarse a Mar del Plata y después volver a Buenos Aires, para finalmente asentarse en la gran manzana, donde vive hace dos años y medio.
Bajo el seudónimo de Lizzantino publicó dos álbumes. El primero, su disco debut, lleva el título de Brainwaves y fue creado en contexto de pandemia. Se trata de una obra extensa y profunda formada por nueve tracks que en total suman más de cinco horas de duración. Un trabajo concebido por el compositor con la intención de ser un viaje meditativo.
Un año después lanzó Ninfa, proyecto que nació a partir de material inconcluso al que volvió para darle vida. En este disco logra un resultado más refinado al aprovechar las posibilidades de un software multipista para explorar las combinaciones de géneros.
En sus comienzos, la pasión y curiosidad por la música lo llevaron a experimentar con diversos géneros y bandas. El rock alternativo, el pop y el punk estuvieron presentes en sus inicios. Formó parte de varios grupos, destacando Ts X, un trío de improvisación junto a Tomás Boqué y Luca Belotti donde fusionaban ssonidos electrónicos de sintetizadores con guitarras eléctricas, batería y trompeta. Allí reside la semilla de su carrera que hace foco en esas mezclas eclécticas.
«Puedo decir que mi música es ‘alternativa’, refiriéndome a que es algo que se contrapone un poco con los modelos oficiales comúnmente aceptados, pero eso no quiere decir que sea una música que no guste, simplemente prefiero no seguir las tendencias», profundiza el artista y agrega: «no me encapsulo en ningún género, me gusta transmitir libertad».
«Siempre estoy buscando expresarme. Tengo una sed de crear. Soy muy curioso e inquieto y me aburro fácilmente», declara. Y esa necesidad de volcar su creatividad se traslada a la puesta en escena de sus vivos, donde combina todo lo que le gusta y sabe hacer. «En mis shows mezclo diseño de ropa, me lookeo con cosas que diseñé para mí. También, como estudié actuación, hay algo de performance».
Para Santiago la libertad es sinónimo de autoconocimiento y, a su vez, la música funciona para él de la misma manera que lo hace la terapia. «Muchas veces hay emociones que simplemente no se pueden poner en palabras y yo encontré en la música una manera de expresarme. Pude atravesar emociones que quizás no sabía qué eran y a lo mejor tocando el piano, la trompeta, o algo, encuentro una manera de atravesar esa emoción».
Su alma aventurera lo llevó a vivir en Nueva York, ciudad en la que se estableció con ansias de descubrir cosas nuevas. «Me atrae lo novedoso y eso me ha ido llevando a otros lugares. Acá en Nueva York me atrapa mucho la cultura, la historia…lo que más me gusta es la diversidad de la gente, gente de todo el mundo en una misma ciudad. Me alucina la riqueza cultural».
Sin embargo, Santiago nunca se olvida de sus raíces y las oportunidades que le dio nuestra provincia. «En Mendoza empecé a aceptar mi carrera musical más seriamente. Conocí gente que me abrió puertas, profesionales que me inspiraron. Amo Mendoza».
Actualmente el artista se encuentra explorando cosas nuevas. «Mudarse a otro país sacude muchas estructuras. Todo lo que estoy haciendo ahora es diferente. Soy muy curioso y me gusta estar en constante movimiento», dice Santiago y explica que en este momento está volcado a la música electrónica experimental, siempre con el plus de los instrumentos, sea trompeta, piano, guitarra o bajo.
«Dentro de poco, a fines de este año o principios del que viene, voy a presentar material fresquito y con una energía más nueva y nuevas herramientas de composición». Sólo queda estar atentos y preparados para ver con qué sorprende Lizzantino en un futuro no tan lejano.
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