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Paradoks: Dj melódico y poderoso

El reconocido Dj y productor belga-suizo pasó por Mendoza como artista invitado de El Ático y conversó con InMendoza.

Con tan sólo 27 años ha recibido apoyo de artistas de la talla de Tale of Us, Lost Frequencies, Tiesto y Nora en Pure, entre mucho otros, y ha sido publicado en importantes sellos como Purified, This Never Happened y Stil Vor Talent, además del suyo propio, Antinome. Su música se tocó en la BBC Radio 1, Tomorrowland Radio, Sirius XM Chill y en grandes festivales como Tomorrowland Mainstage, Untold, Ultra y Coachella.

El exitoso Dj y productor visitó Mendoza como invitado de El Ático, para celebrar el aniversario del club e InMendoza tuvo la oportunidad de hablar con él: sus inicios en la escena, sus inseguridades, y la espiritualidad son algunos de los temas que detalló en la charla. 

¿Cómo se vive la decisión de dedicarte a la música? ¿Cómo es la transición de hobby a trabajo? 

Es un cambio de percepción. Pasas de rogar para que escuchen tu música, a que quieran pagarte para que toques. Pero para que eso pase, primero tienes que hacer buena música. Ser Dj no es tan difícil porque hoy con la tecnología disponible cualquiera puede serlo y cualquiera lo es. Pero ser buen Dj es saber tocar «el buen tema en el buen momento», generar un ambiente, hacer subidas, hacer bajadas y todo eso. 

Pero la vida de productor… nadie que no sea productor entendería lo jodido que es producir música. Es otro nivel. Tienes que saber de música, tienes que saber de ingeniería de sonido y son años de trabajo, que, si le pones muchísimas pilas, tal vez, en unos cinco años logres un sonido pro. Y después, ok, tienes buena música, pero tienes que relacionarte.

Claro, generar contactos y hacer marketing mientras hacés música…

Exacto. También eso lo vas aprendiendo. Hay artistas que tienen manager porque no tienen conocimientos en marketing. En mi caso, soy economista y tengo ese background de business por lo que puedo manejarme, pero también produzco mi música y es difícil separar las dos cosas. Mientras produces música entras en un mood, en un estado mental más sensible, estás viendo tus emociones, te vuelves solitario. Mientras que la parte del negocio es completamente diferente, la sensibilidad que tienes para hacer música no la necesitas para negociar un fee, y toma tiempo aprender esta diferencia. Todavía me cuesta.

¿Y cómo ha sido el camino que has recorrido?

En mi caso ha sido solitario. Estaba fascinado con el mundo de la música electrónica pero no tenía ningún amigo que me entendiera. Entonces, iba a un club solo a las dos de la mañana, manejando una hora y media para hablar con el dueño y ver si lograba tocar en el lugar. Muchas veces se reían y volvía bien triste. Ha sido difícil y sigue siéndolo, pero una vez que cambias la percepción, eso se refleja en que te miren como artista; te das cuenta de que la música es buena porque conectas con el público, más gente comienza a escucharte y eso me muestra que lo que hago es bueno. 

Y entonces tenés que generar más contenido…

Sí, pero para eso necesitas que te den la oportunidad de mostrarlo. Ahora tengo un sello gigante con un budget enorme, que le encantó mi tema, pero mis números no están en Spotify entonces no se quieren arriesgar a invertir. Por eso pienso, ok, no quieren invertir, aunque el tema es una bomba, pero entonces no voy a generar números, y si no generó números, no entro en los sellos. ¿Entonces cómo haces? Estoy en ese camino ahora, cruzando esa barrera poco a poco. 

¿Cómo te ayudó la espiritualidad para superar las barreras y seguir adelante?

Bueno, mi nombre artístico, Paradoks, tiene que ver con la espiritualidad. Leí El Poder del Ahora y fue descubrir una nueva realidad. Entendí que tenía que dejar de pensar y ese es un pensamiento en sí, una paradoja. Puedo decir que he comenzado a entender mucho más la fuerza de conectarme con el presente, ahí está mi mejor estado. Llevado a lo que hago, a través de frecuencias musicales comparto amor y buena vibra, eso es energía, ahí está mi fe y donde conecto con el presente. Cuando estás tocando, puedes sentirte presionado o con miedo, el público a eso lo percibe. Entonces, es ahí donde mi espiritualidad tiene su lugar, mi misión es transmitir buena energía a la gente. 

Contanos sobre tus influencias musicales

Mis influencias están por fuera de la música electrónica, Ludovico Einaudi y Roberto Cacciapaglia son pianistas modernos. A los amantes del jazz o del clásico no les gusta tanto porque no es compleja, es un piano muy simple pero lo que tiene esa música, son un par de notas tocadas con mucha sensibilidad que me dan tanta emoción. Me han inspirado y en eso estoy enfocando, en hacer música cada vez más simple.

¿Preferís fiestas con mucha gente o con público reducido?

Depende del ambiente, depende del sonido, depende de todo. Una fiesta gigante, donde hay buena producción, hace que conectes con la gente y eso es una gran emoción, como pasó en el Bustelo que bailaba mientras tocaba. Las fiestas pequeñas me gustan también, el ambiente es menos impresionante, la adrenalina baja y entonces te sueltas más.

Un consejo o recomendación para quienes estén en el tema o quieran dedicarse a lo artístico

La clave está en confiar en que el universo está para darte lo que necesitas, los pensamientos y la ansiedad vienen de estar pensando en un futuro y querer algo. La idea es soltar ese querer porque se dará lo que tiene que ser en ese momento. Disfruta lo que está pasando ahora.

Entrevista colaboración de: Mariela Decunto y Sofía Sanchez 

Edición y desarrollo: Natalia Pizarro y Agustina Agost

Fotos: Nicolás Fridman 

 

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