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Las terapias alternativas: equilibrio y armonía en alza

Reiki, Luz Divina, Chi o Prana: fuerzas para liberarnos de las cargas emocionales negativas que nos afectan en la vida diaria.

Reiki es una técnica que trabaja íntegramente a nivel emocional, espiritual, físico y mental para encontrar armonía y equilibrio. Se la denomina también “luz divina”, “chi” por los chinos, “prana” por los hindúes, y también “bioplasma”, “bioenergía” o “energía cósmica universal”. Dar “reiki” significa entonces, realizar un traspaso o canalización de energía a todo aquel que la requiere o la necesita. A través de esta fuerza, podemos liberarnos de las cargas negativas, emocionales y/o energéticas que terminan afectando negativamente en nuestras vidas.

INMENDOZA.com conversó con Florencia de la Vega de SANKALPA, especialista en terapias alternativas.

Florencia se dedica al reiki desde hace más de una década. Fue a partir de su primera experiencia en esta técnica que sintió la necesidad de aprenderla y transmitirla: “Yo vivía en Buzios, Brasil, y  raíz de una angustia muy grande que sentía y se me alojaba en estómago, le pregunté a una amiga brasilera si conocía a alguien serio que me pudiera ayudar con esto que me pasaba, ya que clínicamente estaba todo bien. Ella me comentó que conocía a alguien y así llegó a mi casa una persona con una camilla e incienso. Me llamó mucho la atención con la calidez que me abrazó, luego, comenzó la sesión de reiki. Yo sentí que me iba de mi cuerpo, lágrimas que me salían y finalmente me dormí. Al terminar, tenía una sensación de paz muy grande y a la vez me sentía energizada. Me propuse aprender de qué se trataba y al año conocí a una persona que me dio confianza para hacerlo. También estudié aromaterapia, gemoterapia y la pedagogía Waldorf. El reiki me ayudó a sentirme libre, a descubrir lo que tenía adentro y debía desarrollar”.

 

El reiki me ayudó a sentirme libre
“El reiki me ayudó a sentirme libre, a descubrir lo que tenía adentro y debía desarrollar”.

 

Reiki, literalmente significa, energía vital universal. Es un sistema ancestral -de gran sencillez- para curar transmitiendo energía por imposición de manos. Se trata de un proceso de encuentro de la energía universal, que es la energía que está en todas las cosas, la que le da vida a todas las cosas. Es una técnica que viene del Japón y básicamente al practicar uno se vuelve canal de la energía vital universal. Fue redescubierta por Mikao Usui, un monje budista a quien se le revela en una meditación y ayuno que él hace durante 21 días. Su búsqueda radicaba en una exploración para entender cómo hacía Jesús para sanar con sus manos.

“Es a partir de una sintonización que te hace un maestro de reiki, que uno puede convertirse en canal; no existen las iniciaciones a distancia, el maestro tiene que estar presente y el alumno debe aprender toda la parte teórica”, nos cuenta Florencia. “A partir de ahí, uno ya es canal y puede pasarse a uno mismo y a otras personas. Existen tres niveles y una maestría. La necesidad de ir avanzando de nivel es cuestión de cada persona. Ya con el primer nivel uno puede convertirse en canal”.

En general las mujeres son las que más se acercan ya que los hombres son más analíticos y racionales, y les cuesta más conectarse con su parte emocional. Las  mujeres siempre están más atentas y dispuestas a buscar otras alternativas para conectarse con su parte emocional y energética. “Aunque el hombre es más reacio, no quita que cuando recibe reiki, nos llevemos muchas sorpresas. Hay hombres que se conectan muy profundamente y se toman muy en serio este camino. Reiki es vivencial y llega a todos los planos: físico, emocional, espiritual; uno nunca sabe cómo va ser recibido”.

 

El reiki es tan simple como prender y apagar la luz
“El Reiki es una técnica tan simple como prender y apagar la luz.”

“Las personas vienen con mucha ansiedad, miedos y agotamiento”. En una sesión de reiki son muy variadas las sensaciones que se pueden experimentar:  desde calor, hormigueo, cosquilleo o vértigo, otros sentirán alivio de dolores o se relajarán profundamente hasta dormirse. También pueden atravesar una fase de desahogo de emociones reprimidas, las cuales pueden ser el origen de sus dolencias psicosomáticas, stress o depresiones. El reiki ayuda a aumentar la vitalidad, profundizar lo que uno tiene adentro, es decir, ahondar en lo que me diga el corazón. Uno se conecta con uno mismo pero cada camino es muy individual.

Florencia, también se ha especializado en conocer y promover el uso de las “flores de Bach”, que son esencias concentradas de flores. Trabajan sobre los estados emocionales y mentales a nivel vibracional. A partir de su uso, ayudan a descubrir por dónde vienen los sentimientos de tristeza o angustia. “Yo compro las tinturas madres, que son en todo el mundo las mismas. Hay muchos sistemas florales, yo elegí el de Bach y el de California. Primero se hace una entrevista y de acuerdo a los síntomas, se eligen las flores para aliviar ese malestar”.

 

Existen muchos sistemas florales
Las flores de Bach se eligen de acuerdo al malestar de cada persona.

 

Estas técnicas nos conectan con nuestro propio poder interno, que es el que en definitiva nos salva y ayuda en cualquier situación de estrés. No nos hacen depender de nada externo, nos hacen regresar hacia nuestro interior y así uno puede entender lo que tenemos adentro. Bach, el creador de las esencias, dice que todas las enfermedades constituyen desequilibrios y bloqueos en el correcto flujo de la energía. “Tanto el reiki como las flores de Bach nos ayudan a concordar cuerpo, alma y espíritu. Cualquiera puede acercarse para recibir o aprender. Lo que se busca es estar mejor”.

 

Meditación - Florencia de la Vega
«Cualquiera puede acercarse a recibir o aprender. Lo que se busca es estar mejor» afirma la especialista.

Concluida mi entrevista, me dejo contagiar de su entusiasmo: lo que hace me convence, me parece novedoso aunque sé que la técnica es antigua. Quisiera quedarme un rato más y no mirar el reloj que corre, que me recuerda debo volver a la rutina, a terminar de cumplir las tareas en lo que resta del día. Pero una sensación de paz me invade. Y en este preciso momento ¡me siento con toda la energía para hacerlas!

 

 

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