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Consejos para servir (o que te sirvan) vino como un experto

¿Cuál es el tipo y tamaño de copa recomendado? ¿A quién se le sirve primero? Si pido vino por copa, ¿deben servirme en una limpia si quiero otra? ¿Qué se hace con el corcho? Servir el vino es un ritual que a veces parece tonto y pretencioso, pero tiene sus razones.

Algunas cuestiones en torno al vino parecen básicas, pero nunca está de más recordarlas. Porque aunque lo más importante tiene que ver con quien compartimos esta bebida, algunos detalles pueden hacer que la experiencia sea mucho más placentera.

1. El vino siempre debe servirse en una copa limpia, impecable, sin pelusas. Si recibís una copa sucia, devolvela. Las copas sucias no son agradables para beber, y la película de jabón le da un sabor desagradable; también mata las burbujas del champán.

 

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El tipo y el tamaño de la copa, importan. Que esté limpia y sin pelusas, es indispensable.

 

2. Hablando de copas, el tipo y el tamaño importan. Si estás en un restaurante de estilo familiar o en uno «pasado de moda», puede que te encuentres bebiendo en vasos cortos y cilíndricos. Eso es culturalmente apropiado, pero sólo para un vino de mesa de bajo costo o un vino de la casa. Para cualquier otra cosa, incluso en un lugar casual, la copa debe ser de al menos 12 o 13 onzas de capacidad (380 ml aprox.), con una ligera forma de pimpollo de tulipán.

Tratá de evitar tomar de la típica y pequeña (6 oz./ 177 ml) copa de vino, eso es frecuente en los restaurantes casuales y pubs. ¿Por qué? Bueno, para conseguir que se vea llena, tienen que literalmente, llenarla hasta arriba. Pero así no se puede disfrutar el aroma del vino. Y los grandes vasos tipo tazón, aunque son un poco mejores, tampoco son apropiados, son incómodos de sostener y para beber -el vino no es sopa, después de todo-. La copa ideal es de degustación y tiene entre 13 a 16 oz.

3. Si estás tomando vino por copa y pedís una segunda o tercera, siempre deben servírtelo en una copa limpia, incluso si estás ordenando el mismo vino. Si pediste una botella, está perfectamente bien servirlo en la misma copa.

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Si estás tomando vino por copa y pedís una segunda o tercera, deben servírtelo en una copa limpia, siempre.

 


4. En un restaurante fino, tu camarero debe estar atento a lo que pasa en tu mesa y en silencio moverse para volver a llenar las copas, si es necesario. Sin embargo, no esperes esto en un restaurante casual. Y si querés volver a llenar las copas vos mismo -lo cual está bien- sé cortés y decile a tu mozo después de que él (o ella) sirva la primera copa. Cosa que ellos, no vos, deben hacer siempre.

5. Si pedís una botella de vino, esta debe primero ser presentada de manera que sepas qué es lo que pediste, especialmente la cosecha correcta (año). Suponiendo que es correcta, el mozo debe abrirla y servirla enfrente tuyo. Si no es así, rechazá el vino y pedí que te traigan una nueva botella y que se abra correctamente. Un apropiado servicio de vino es un ritual y a veces es tonto y pretencioso, pero tiene sus razones.

6. La persona que ordena el vino es a la que primero se le debe servir, independientemente de quién «supera» a quién en la mesa, o quién paga.

 

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No importa quién «supera» a quién en la mesa. La persona que ordena el vino es a la que primero se le debe servir.

 

7. En la mayoría de los restaurantes coquetos, el mozo le entregará el corcho a la persona que ordenó el vino. No lo huelas. No se puede saber mucho de un corcho a menos que esté tan seco que se desintegre. Algunos vinos muy finos y costosos pueden tener el corcho impreso, incluyendo el año de cosecha. Si es así, asegurate de que la vendimia en el corcho coincide con el año en la etiqueta. Si coleccionás  corchos, guardalo en tu bolsillo; si no, colocalo al lado de tu plato y el mozo deberá quitarlo antes o cuando él (o ella) haga la primera recarga. En ese punto el corcho es sólo basura.

 

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Si coleccionás corchos, guardalo en tu bolsillo; si no, colocalo al lado de tu plato y el mozo se lo llevará.

 

 

8. Si has pedido un vino blanco, el mozo sólo debe traer una frapera con hielo si lo pedís. Muchos beben sus blancos tan fríos que su sabor es solo ácido, por lo que considerá no enfriarlo tanto. Una buena manera de preservar la temperatura de un blanco es con un «enfriador» -un tubo de cerámica o arcilla-. A veces se utilizan el vidrio o los inoxidables, y si son de doble pared, mejor.

 

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Si pedís espumante te deben llevar una frapera, excepto que haya suficientes personas para vaciar la botella “de un solo tirón”.

 

9. Una excepción a esto es el champán o el vino espumante, que necesita mantenerse frío. A menos que haya suficientes personas para vaciar la botella “de un solo tirón”, una frapera con  hielo siempre debe ser llevada. Y debe incluir un par de centímetros de agua.

10. Si has pedido un vino tinto, en un restaurante de calidad se debe colocar sobre la mesa en un accesorio especial, por lo general uno de peltre, plata o cristal. Existen algunos nuevos en mármol que incluso tienen un pequeño lugar para el corcho. En un restaurante más informal, una botella de vino tinto por lo general es colocada en la mesa más cercana a la persona que lo ordenó.

 

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Los rituales son importantes… pero no tanto. ¡Lo fundamental es compartir!

11. De yapa, una más. No te dejes atrapar demasiado en los rituales del vino. Si has ordenado un buen vino y estás con buenos amigos, siempre y cuando no estés bebiendo de un zapato, es probable ¡que vayas muy bien!

 

 

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