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Mirá quién habla: Mayra Ballesteros

Descubrí «el lado B» de la diseñadora de indumentaria, productora de moda y asesora de imagen que hace reír a todos con su genuinidad. La fanática del sushi y protagonista de la improvisación, posó y dialogó para Inmendoza. 

Además de todo lo que ya nombramos y para dejar de lado tecnicidades, Mayra Ballesteros es una mujer enérgica, vibrante, divertida, cálida y auténtica. Dibuja desde que tiene uso de razón. «Básicamente, nací dibujando mujeres vestidas». Así, al momento de elegir qué estudiar, no tuvo dudas. De este modo, fue forjando su propio destino y hoy en día es muy reconocida a nivel local.

«La tía May» le suelen decir en TikTok o Instagram, redes donde cosecha muchísimos seguidores y comunica sus proyectos. «Amo las redes sociales y las uso todas», nos contó y confesó tener mucha llegada con lo que comparte. 

Mayra lleva en sus genes una gran influencia artística, sobre todo de parte de su padre, quien fue un músico de gran relevancia en la provincia y un pilar para su vida. «Toda la vida estuve al lado de la música clásica, del piano, de las bandas de jazz, del show». Su padre, Fernando Ballesteros, fue una persona altamente espiritual y ella cree haber heredado eso de él de manera que siente que solo con él ha tenido una conexión interna impresionante…«con él me sentía comprendida». Fernando, tal como describió Mayra, era una persona muy noble que seguía adelante siempre.

Por otro lado, su mamá, que si bien es kinesióloga y dedicada más a lo deportivo, «es como una mejor amiga», una compañera con la que se puede hablar de todo y de la cual Mayra aprendió un montón.

Con 25 años, y siendo la más chica de cinco hermanos, May cree que para tener éxito en lo que te propongas tenes que ser «perseverante y disciplinado, que van un poco de la mano». A la hora de dibujar y diseñar, se inspira mucho en algunos diseñadores como Paco Rabanne o Schiaparelli, pero lo que más le inspira es la gente… «la observo mucho, qué tienen puesto, cómo se comportan». 

Y obvio que le hicimos la pregunta del millón… si produce su ropa o sale a comprar. «Me produzco mi ropa. Desconozco el precio de la ropa porque hace mil que no me compro prendas. Reciclo muchísimo y me gusta hacer prendas únicas». 

Contanos un poco cómo va el famoso vestido de argollas…

El vestido lo he agarrado en los momentos más críticos y ahora estoy a full terminándolo. Es un proyecto personal con el que estoy desde hace más de un año. Eso coincide con la comunicación para Budweiser en mis redes sociales, entonces dije: «Bueno, estoy cansada de mostrar el uso básico de la birra y como me gusta reciclar pensé en hacer algo con las latas que tiraba. Ahí empezó el enrosque y decidí incorporarlo al vestido». 

En las redes, ¿te mostrás tal cual sos o creas un personaje?

Un poco si, creo un personaje. En las redes siempre me muestro muy lúdica, jodo mucho y soy así en el día con mis amigos y familia. Al mismo tiempo, tengo mis momentos y soy seria cuando amerita. Siento que no careteo nada, me muestro como soy y eso me costó mucho porque las redes sociales son un poco castigadoras. Siempre va a haber alguien que no le guste tu personalidad o le caigas mal.

¿Qué serías si no fueses diseñadora?

Ginecóloga. Me apasiona la medicina y el cuerpo humano, me parece una flasheada. Además, siempre me apasionó mucho el funcionamiento del cuerpo de la mujer y me hubiese gustado estudiarlo.

¿Crees en la astrología?

Sí, creo en todo. Pienso que tengo mi propia religión. Desde chica soy muy espiritual y me pasan cosas… Veo personas que no están, veo energías, sé lo que va a pasar en algunas situaciones. Dentro de todo eso, comencé a explorar el mundo de la espiritualidad y me quedo con lo que me resuena y así ya tengo mi creencia. Somos todos energías y somos todos almas. Es por esto que me tatué un ángel en la espalda porque sé que tengo un ángel de la guarda, lo he visto. Es más, cuando estoy en una situación rara, triste o tensa, digo: ¿ángel estás acá? y me aparece una plumita blanca en donde esté. Me siento acompañada por él.

¿Qué otros hobbies tenés?

Me gusta mucho compartir lo social, estar con mis amigos y mi familia. También me gusta ir a bailar, ir a escuchar un artista, ir a ver una obra, juntarme a tomar unos mates, pero siempre acompañada. Pero también disfruto mucho estar sola, los re vivo esos momentos. 

Hago deporte por la salud pero no tengo una obsesión con eso. A veces salgo a caminar, otras voy al gimnasio, otras voy a andar en bici y así… por temporadas.

¿Qué música te gusta escuchar mientras producís ropa?

Escucho todo tipo de música. Voy mezclando todo. Mientras produzco, me gusta mucho escuchar hip hop. Depende mucho del mood del día, por ahí estoy más depre y pongo El Lago de los cisnes o si no, Snoop Dogg.

¿Cuál es tu comida favorita? ¿Y tu lugar de comida favorito mendocino? 

Me gusta todo. Me encanta la comida chatarra, el sushi, lo agridulce, lo que tenga mucho sabor. Me gustan mucho las hamburguesas, sobre todo las de Jack House, que te tapan las arterias básicamente. 

Un lugar mendocino que me gusta es Pez Globo. Creo que tiene sabores bien fuertes e intensos, cosas que no comés todos los días.

Como ya escribimos varias veces, Mayra es una mujer con mucho potencial, que ama lo que hace. Una joven que desde chica soñaba con ser lo que hoy es. Una mujer que piensa que Madrid es su lugar en el mundo, al igual que Mendoza. Mayra es muchas Mayras pero cualquiera de todas ellas te atrapa por su naturalidad. 

Fotografía: Agustina Agost.

Locación: Reserva Natural Villavicencio / Dirección de arte: Paulina Gervasi / Vestuario: Capote / Video: Rocío Carloni.

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