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Una revolución clásica

Rodolfo Saglimbeni, el venezolano que asumió este año como director titular de la Sinfónica de la UNCuyo, dice que buscará acercar a la orquesta a un público más amplio. «Lo único que quiero es no aburrir», asegura

Llegó la hora de la revolución. Una revolución «clásica», para decirlo con un adjetivo. Eso es lo que trae el venezolano Rodolfo Saglimbeni. No bajo la manga, no en un bolso de guerra: en una batuta.

El músico, director artístico de la Sinfónica de la UNCuyo, ha traído nuevos aires al organismo orquestal y esa brisa comienza a sentirse con los flamantes ciclos, con la incorporación de nuevas tecnologías a los conciertos y con un norte que está fijado en la brújula: llegar a un mayor público sin descuidar el fiel y formado que ya tiene el ensamble.

Lo que se viene comienza el viernes 4 de setiembre, y formará parte de un festival llamado «Grandes compositores en la Nave». J. S. Bach, Mozart, Beethoven y Tchaikovsky serán presentados mediante algunas de sus obras más representativas, tocadas por la Sinfónica de la UNCuyo y dirigidas por Saglimbeni. Pero, además de eso, los conciertos irán acompañados por proyecciones audiovisuales, interpretaciones actorales y un intercambio constante con el público.

El director, que asumió este año la titularidad luego de que la orquesta padeciera varios años sin una batuta titular, ha llegado con la idea fija de que tanto el grupo sinfónico como el flamante lugar donde reside (la Nave Universitaria) deben ser disfrutados por un número creciente de personas. Y lo explicita de este modo: «Hay una frase que he escuchado a veces y que quiere ejemplificar la magnitud que tiene un lugar o una provincia: “Mi ciudad tiene una orquesta”. Tener una orquesta representa algo grande. Y lo es. Es grande, costoso e importante. Por eso mismo, no puede estar destinada a un público pequeño».

 

Saglimbeni viene de un país que hoy en día, en Latinoamérica y en todo el planeta, es sinónimo de excelencia orquestal. El trabajo de Venezuela con las orquestas juveniles (gracias al Sistema diseñado por José Antonio Abreu) ha elevado el nivel cualitativo de sus músicos y ha puesto a algunos, como a Gustavo Dudamel, en la primera línea de las salas más renombradas. Saglimbeni tiene incorporada esa calidad y llega, dice, en un momento propicio en que la Sinfónica tiene un gran nivel, pero necesitaba un director que le diera una forma.

«Yo venía dirigiendo la orquesta como invitado desde 2001. Pero que ahora la sinfónica tenga un lugar como la Nave hace que sea el momento ideal para trabajar», asegura.

Tocar para públicos diversos, hacer mixturas entre la música académica y la popular (como ya se hizo con The Wall de Pink Floyd), investigar sobre los sonidos folclóricos, sorprender con flashmobs, hacer presentaciones conceptuales que vayan más allá de la música: a todo eso aspira Saglimbeni. Y la Sinfónica parece dispuesta a seguirle el ritmo.

«A mí, de pequeño, mi padre me llevaba a ver conciertos estructurados y tradicionales. Y me aburría. Sólo después, de grande, pude aprender a disfrutarlos. Lo que tenemos que hacer es no aburrir. Estar a tono con el público que conoce de este género pero también atraer al recién iniciado. Y crecer en el nivel de la orquesta. Programar nuevos repertorios, no repetirse. Eso es lo importante: lo que no queremos es aburrir», cierra el músico. Está dicho: ha comenzado la revolución.

[alert type=blue]Festival Grandes compositores en la Nave Universitaria, por la Sinfónica de la UNCuyo. Director: Rodolfo Saglimbeni. Concierto I: Bach, 300 años de influencia musical (viernes 04/09, a las 20.30 ).Concierto II: El Efecto Mozart. Sábado 12/09, a las 20.30. Concierto III: Beethoven para todos (viernes 17/09 a las 20.30). Concierto IV: Tchaikovsky, pasión y vida por la música (sábado 26/09, a las 20.30). Todos los conciertos serán en la Nave Universitaria (Parque Central, Ciudad).[/alert]

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